Lamiendo la fiebre de mi mejor amiga con una cabeza increíble

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Cuando la fiebre de mi mejor amiga subió, supe que solo había una manera de calmarla. Con mi lengua en su punto más sensible, la hice temblar de placer hasta que bajó su temperatura. Sus gemidos eran música para mis oídos mientras le daba el mejor tratamiento oral que jamás había tenido. Luego la tomé a cuatro patas, viendo sus curvas latinas chocar contra las mías. Sus manos encontraron su camino hacia su propio botón de placer, aumentando el calor que se acumulaba en su interior. Era real y crudo, y ambos sabíamos que queríamos más. @cylixris08902

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